por Guada Wernicke
Volver a casa
¿El huevo, la gallina, el gallo, el resto del gallinero, la granja entera, el campesino que les da de comer…? La realidad de la rueda no tiene comienzo, pero aun así nos detenemos a imaginarlo:
El fuego emerge de las aguas de la nada-todo, se recorta y de no existir pasa a existir. ¿Pero qué es existir? Esa pregunta necesitará tiempo. El fuego penetra en la fuerza de su avance: no hace fuerza, es la fuerza.
/Eyecto la palabra necesaria/
Pero no puede solo ir. Todo lo que va, en algún momento se detiene. Necesita recuperar energía. Comer, descansar, disfrutar de estarse quieta. La materia pesa, echa raíz.
/La palabra toma un cuerpo, es cuerpo/
Y del masticar se da paso a la rumiación de la mente. Un juego de infinitas posibilidades se abre veloz, se despliega liviano como el viento. La curiosidad mueve la mirada.
/Cuántas palabras son la palabra, cuántas historias, cuántas risas/
La energía se ralenta, arma cueva al elegir una sola de las historias-posibilidades. Frena para sentir, para cuidar. Frena porque siente. Este adentro se percibe seguro, cálido.
/El útero de la lengua es esta palabra que hoy puedo cobijar/
Salimos del adentro hacia la aventura aún sin nombre. Nos damos un nombre propio. Avanzamos con la seguridad del nido en el centro del corazón.
/Escribir una voz nueva: la palabra es la valentía de su diferencia/
Algo se aquieta una vez más. Miro mis pies, giro hacia atrás, hacia adelante. Espero. Sé que soy un detalle, el detalle.
/Comprendo la novela entera del poema y veo mi lugar en ella/
De mis pies crecen alas invisibles que me elevan hasta recordarme con otrx. Soy con. Bailamos juntxs. Su belleza es la mía, la nuestra.
/Dialogar es hacer de la palabra misterio entre dos/
Y mirar al otrx es mirar una sombra, es reconocerme dragón y Arcángel Miguel, es resucitar al tercer día y festejar entre los muertos.
/La palabra mata y revela/
Me monto en una flecha que va hacia adelante, hago síntesis mientras avanzo, mientras enciendo la fogata de mis devociones. El viaje del Sentido es este y es hoy.
/Y la palabra sana y cree/
Hay que trabajar el Sentido. Hay que esculpirlo con un pico filoso, hay que transpirar. Vivir lleva tiempo y cada cosa ocurre en su hora precisa.
/Subo la cresta del lenguaje, hago cumbre en su imposibilidad/
Me uno a un grupo de sueltos que van hacia el mismo lugar. Somos una única mente trenzada por canales eléctricos deslumbrantes, capaces de imaginar la nada-todo, aquello que todavía no existe.
/Soy la antena de una voz que habla desde un futuro ancestral/
Nos unimos otra vez a la fuente. El hechizo de habernos ido se diluyó. Nada hace falta, nada sobra, todo es.
/Vuelvo a casa: ya no es necesaria la palabra/.
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